lunes, 12 de noviembre de 2012

LA DEPRESIÓN EN LOS TRABAJADORES POR CUENTA AJENA


LA  DEPRESIÓN EN LOS TRABAJADORES
POR CUENTA AJENA

                               Miguel A. Suárez Sandoval



Dentro de la actividad humana hay trabajos, sobre todo  en los llamados “por cuenta ajena”, que, no obstante la tecnología, avance de la medicina, especializada (la medicina ocupacional); por los ambientes creados por la misma labor aparecen riesgos psicosociales que podrían causar inestabilidad emocional y con el transcurso del tiempo, consecuentemente, una forma de estrés, depresión o situación de inseguridad.
En el campo de la psicología, la Real Academia de la Lengua Española dice que la depresión es: “síndrome caracterizado por una tristeza profunda y por la inhibición de las funciones psíquicas, a veces con trastornos neurovegetativos”. 
El presente trabajo trata el asunto en el aspecto psicológico, y, en especial, en sus consecuencias sobre el trabajador por cuenta ajena y su producción.
La depresión, palabra derivada del latín «depressio-onis», es un síndrome caracterizado por una tristeza profunda y por la inhibición de las funciones psíquicas, a veces con trastornos neurovegetativos
Para Alberto L. Merani, deriva del latín «depresus-um», que significa «abatido», y dice que es: «un estado mental que se distingue por aflicción y desconfianza, acompañado generalmente por ansiedad» (Diccionario de Psicología).
El Diccionario del Lenguaje Filosófico anota que es el “descenso del tono psicológico que se manifiesta por la lasitud o decaimiento, un sentimiento de importancia teñido de melancolía” (Paul Foulquié, con la colaboración de Raymond Jean).
En el campo de la psicología laboral puede decirse que, en el trabajador, es la baja del estado de ánimo para trabajar o para realizar cualquier otra actividad; que inmoviliza al hombre-trabajador que lo sufre, dándole la impresión de estar fracasado, afectando en forma directa a la productividad.
La depresión no ha sido aún comprendida en los distintos campos en que se aplica, por ejemplo en la neurofisiología, la farmacología, la psiquiatría y la psicología.
Según el profesor Juan José López-Igor, quien comenta que por estudios hechos en Francia, las mujeres al incorporarse en el mundo laboral se enfrentaron a problemas que antes eran sólo de los hombres; esto no les reduce su longevidad, sino se la aumenta; pero reconoce que: «… las alteraciones del ánimo, como la depresión […] afecta tres veces más a las mujeres que a los hombres; esto no se debe a los problemas de la crisis, sino a particularidades hormonales del género y a que expresan mejor sus sentimientos…».
El experto explica que: «… ante las grandes crisis, los hombres sufren más que las mujeres, porque, en lugar de expresar abiertamente sus sentimientos, como lo hacen ellas, para enfrentarse con el estrés o la frustración, usan mecanismos como la violencia y el alcohol». (Juan José López-Igor, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Clínico San Carlos – Madrid, España).
Recalcamos que la depresión se presenta más en los trabajadores varones y se comenta que en el Perú de cada cinco (5) uno (1) sufre de depresión; y que la tasa irá subiendo.
La parlamentaria chilena Ximena Vidal en el Congreso de su país, cuando fundamentó un proyecto de ley sobre el particular, sostuvo que uno (1) de cada cinco (5) adultos habían declarado haber tenido síntomas depresivos alguna vez en su vida. Y reiteró que es más frecuente en las mujeres que en los hombres.
Lourdes Fañamás, profesora de la Universidad de Barcelona (España) también afirma que es más frecuente en las mujeres, no obstante que la  mujer cuenta con mejores estrategias de adaptación, pero su tendencia a la depresión es tres veces mayor a la de los hombres.
El profesor José Luis Carrasco (coordinador de la Universidad de Psiquiatría de Enlace y de la Universidad de Trastornos de la Personalidad - Hospital Clínico San Carlos - Madrid, España), coincidiendo y apoyando la opinión expuesta, anota: «… el hecho que la crisis afecte más a los hombres está ligada a que el paro o medio a no dar la talla destruye más las estructuras personales del varón…». Al respecto, también opina el profesor adjunto de Psiquiatría de la Universidad George Washington, Robert M. Post: «…aquellos sufren más porque el estrés laboral […] la depresión es una patología que, asociada al estrés, genera importantes daños cerebrales en los pacientes que pueden derivar en la aparición de demencias o enfermedades que afectan a la memoria, como el Alzheimer».

NOTA.- Paro, en Europa y Estados Unidos de América, es un «desempleo» por despido del trabajador, es decir quedarse sin trabajo. Una de las causas del paro es la gran oferta de mano de obra o las crisis económicas.
El fenómeno del «paro», generalmente, se produce por exceso de mano de obra que hace muy difícil encontrar colocación remunerada para subsistir.
Se comenta que Holanda es (o era) un país con baja tasa de «paros».

Tratando de aclarar, transcribimos lo que han descubierto los estudiosos del tema y que dicen: “… afecta nuestras capacidades cognitivas y nuestra memoria… incluso puede hacer que se achique el hipocampo, una región del cerebro con importantes funciones relacionadas con la memoria. La depresión aumenta el riesgo de hacer padecer, más adelante en la vida, de la enfermedad del Alzheimer; los daños causados por la depresión son irreversibles” (Los Efectos de la Depresión).

ORIGEN

La depresión en los trabajadores genera un estado de mal humor; fácilmente caen en el aburrimiento, se irritan con facilidad. Pronostican los entendidos que en un futuro no muy lejano será la segunda causa de muerte.
La depresión puede tener consecuencias o repercusiones físicas y psicológicas y afectar notablemente todos los ámbitos en los que se desenvuelve la persona: social, conyugal, laboral, sexual, etc.; siendo el suicidio la complicación más destructiva e irremediable de las víctimas.
Lucimey Lima, jefa del Laboratorio de Neurofarmacología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, afirma que la depresión tiene un eco sobre el estado de ánimo y sobre la sexualidad. (La depresión es una enfermedad que afecta todos los sistemas).
La depresión dificulta el sueño, provoca estreñimientos, baja el estado de ánimo y produce tristeza, con la aclaración que la mujer (trabajadora) es más propensa a la depresión, y en ella se presenta en los momentos propios de su género; por ejemplo, en la menstruación, la menopausia y el parto.
La depresión es el motivo, generalmente, por  el que los trabajadores faltan a su trabajo. Los estudiosos del tema concluyen que la depresión es el porqué del aumento de las tasas de ausencia tanto por licencias como por enfermedad, incluso el rompimiento del vínculo laboral.
Para el estudio y calificación de la depresión, mucho tiene que ver la luz natural y por lo tanto consecuentemente las estaciones del año.
Cuando laboran en lugares con una escasez de luz natural o en ciertas estaciones del año, por ejemplo en otoño y en invierno, los trabajadores están más propensos a caer en una depresión. Es lo que Carlos M. Requejo llama Trastorno Afectivo Estacional (TAE).
La luz solar tiene una inmensa influencia en la actividad en general y en el desenvolvimiento del trabajador en especial (Carlos M. Requejo, arquitecto internista: Iluminación y la Salud, Luz y Trastorno Afectivo Estacional).
En nuestro entorno es común ver centros de trabajo, escuelas, oficinas… con una deficiente iluminación o con una iluminación artificial que comparada con la luz natural es “mínima” (500 lux); aún comparada con la de un día nublado es una vigésima. Y si fuese comparada con la iluminación natural del medio día radiante en verano sería la trescientasava parte. Además la luz artificial carece de los colores del sol y de ciertos tonos de alta frecuencia: verde, azul, violeta. “La luz artificial generalmente traduce contaminación electromagnética, lo que induce ondas cerebrales de estrés, además de fatiga crónica y cansancio visual”. De “la investigación en fotobiología muestra que una carencia crónica de iluminación natural puede ser causa de depresión, además de otras alteraciones a la salud como insomnio, estrés, ansiedad, cefaleas, mareos, fatiga crónica, raquitismo, incluso inapetencia sexual, impotencia e infertilidad”, y todo esto influye en la baja del rendimiento laboral.
El mismo autor del comentario, supra expuesto, nos aconseja recurrir a la domobiótica para prevenir esa tan dañina depresión que se puede activar  en las estaciones del año.
Sintetizando podríamos decir que depresión es sentirse triste sin ninguna razón aparente. La tristeza que produce puede ser temporal, es decir de poca duración, o ser persistente o desproporcionada en el tiempo, incluso llegar a dominar todos los aspectos de la vida cotidiana, que podría calificarse como una enfermedad.
“La depresión ha sido uno de los fenómenos más estudiados, y no por eso mejor comprendido. Una de las fuentes de confusión, que suele influir en las discusiones sobre este tópico, se encuentra en el hecho que el término tiene significados distintos en diferentes campos, como, por ejemplo, en la neurofisiología, la farmacología, la psiquiatría y la psicología… en una misma disciplina como la psicopatología, la palabra depresión suele usarse indistintamente para referirse a un  estado de ánimo o a un síntoma y a un síndrome”.
El cambio frecuente del lugar o centro de trabajo, los cambios de ciudad o de país en el que se trabaja de igual manera suele producir problemas de identidad y depresiones; según lo afirma el catedrático de sociología Hastmut Rosa (alemán),  científico de la Universidad de Jena; por lo que aconseja buscar un lugar fijo de descanso como antídoto.
Médicamente se ha comprobado que la depresión y… provocan alteraciones en el sistema inmunológico y llegan a favorecer la presencia de enfermedades, alteraciones tan severas que pueden desencadenar en cáncer, asegura  Hugo Arturo Galindo Campos, alergólogo e inmunólogo del Hospital Universitario de Puebla. Y agrega: “… se bajan las defensas del individuo y pueden llegar a favorecer la presencia de enfermedades; una persona con actividad mental y física continua tiene un  sistema mucho más fuerte; por ello cuando se jubila un individuo se deprime, comienza muchas veces con enfermedades”. (La Depresión Afecta el Sistema Inmunológico).
En los trabajadores en turnos de noche (también llamado trabajo nocturno) se altera el reloj biológico, que trae serias consecuencias, entre otras la depresión y posiblemente el cáncer.
La parlamentaria Ximena Vidal (mencionada supra) cuando fundamentó la incorporación de la depresión en la Ley de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, afirmó que: “… una de las enfermedades destacables por su frecuencia y gravedad potencial es la depresión ya que uno de cada cinco adultos declaró haber tenido síntomas depresivos alguna vez en su vida”. Y continuando con su fundamentación agregó: “… es más frecuente en las mujeres que en los hombres y se presenta… entre los 20 y 45 años; es decir, en plena edad laboral”. Concluyendo su exposición hizo presente que: “… los trabajadores mal remunerados, inestables, de baja calificación y sin posibilidades de desarrollo profesional, generan condiciones que desencadenan problemas de salud mental…”.
Los estudiosos de este tema comentan que la depresión es la cuarta causa para la discapacidad y que son víctimas casi seguras los desocupados, los que llevan varios meses sin trabajo o en paro.

SÍNTOMAS

“La depresión no es meramente un estado de ánimo: en las personas deprimidas se producen cambios hormonales e inmunológicos que pueden ser sumamente dañinos” (Los efectos de la Depresión).
La depresión en sus víctimas produce un comportamiento no habitual en su vida familiar como laboral. En su trabajo acostumbrado produce lentitud, errores frecuentes, falta de concentración, incumplimiento en el horario, abandono del puesto que desempeña; de igual manera enfrentamiento o altercados con sus compañeros de trabajo.
Los afectados que sufren depresión, generalmente, lo  ocultan por temor a perder su puesto de trabajo; por lo que los especialistas aconsejan, a los trabajadores de la salud o al médico de cabecera, tratar de forma más afectiva y confidencial a los pacientes víctimas de depresión.
Para la inmensa mayoría de gente, un trabajo fijo y bien remunerado, con buenas condiciones puede ser de gran beneficio reduciendo el riesgo de la depresión y generándoles felicidad.


“Aunque no está claro que unas condiciones laborales adversas puedan directamente causar una enfermedad depresiva; lo que sí parece cierto es que una presión y un estrés excesivos en el trabajo pueden combinarse con otros problemas del paciente (trabajador) tales como la presencia de dificultades en casa o de acontecimientos vitales adversos recientes y contribuir al desarrollo de una depresión”.
“De gran importancia a la hora de afrontar el tratamiento de un trabajador afecto de una depresión es el hecho  que el terapeuta que asuma al paciente sea consciente de las demandas y condiciones de trabajo…”. (GEOSALUD – Depresión Trabajo).

INVESTIGACIONES

Nos dice Alemañy Martínez que: “… desde los años 80 las investigaciones demuestran que existe una relación entre el trabajo docente y diversos trastornos de salud tanto a nivel biológico (problemas cardiovasculares, respiratorios, lumbagias, preclampsia, cervicalgias o úlceras al estómago) como psicológico (ansiedad, depresión, insatisfacción laboral, reducción de la productividad, absentismo laboral, pasividad en la vida extralaboral, etc.). (La Docencia: Enfermedades en esta Profesión – Cuadernos de Educación y Desarrollo).

¿La depresión es una enfermedad ocupacional o profesional?
Toda actividad humana considerada económicamente como trabajo, lleva un riesgo que con el transcurso del tiempo podría causar un desequilibrio emocional, si no se cumpliesen normas impuestas por la naturaleza, y concluir en lo que llamamos depresión o situaciones de desequilibrio.
Que si la depresión es o no una enfermedad profesional, no se puede afirmar ni negar. Al respecto las opiniones de los estudiosos del tema están muy divididas. Pero lo primero que se exige para considerarla como tal es que aparezca en el listado de enfermedades profesionales y en el puesto o tipo de ocupación que se le considere.
Tal vez se podría considerar una enfermedad ocupacional o profesional o como alternativa “del trabajo”, si el trabajo de la víctima conlleva el riesgo de una enfermedad específica, debido al medio enormemente patógeno, en razón del entorno clínico, físico o biológico.
Las ocupaciones que concluyen en una depresión son la de los educadores que al ejercer su profesión corren el riesgo de sufrirla. Y, entre otros, el estrés profesional, el síndrome del quemado o burnout debido a la carga de trabajo.
La legislación laboral colombiana sí considera en determinados casos a la depresión, porque estudios al respecto concluyeron que deriva del estrés laboral.
El Decreto 2566 del 2009 establece la tabla de enfermedades profesionales dentro de las cuales el párrafo 42 versa sobre las patologías derivadas del estrés en el trabajo: “… trabajos con sobrecarga cuantitativa, repetitivo… monótono o ambos… trabajo por turno, nocturno o ambos, con estresores físicos con efectos psicosociales, que produzcan estado de ansiedad y depresión, infarto al miocardio u otras urgencias cardiovasculares, hipertensión arterial, enfermedad ácido péptica severa y síndrome de intestino irritable”. (Juan David Méndez Amaya).


Diferencias típicas de depresión

Existe una cierta variedad de depresión que constituye un apartado de enfermedades mentales, dentro de lo que se denominó “neurosis profesional” donde aparece la depresión reactiva, el trastorno de adaptación y otros.
Existen varios tipos de trastornos depresivos; pero los más comunes son el trastorno depresivo grave y el trastorno distímico.

Trastorno depresivo grave.- También llamado depresión grave, aparece por una combinación de síntomas que interfieren la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de las actividades que antes al trabajador le eran placenteras. La depresión grave incapacita a la persona (trabajador) y le impide desenvolverse con normalidad.

Trastorno distímico. También llamado distimia, se puede decir que es el conjunto de perturbaciones del humor. Se caracteriza por sus síntomas de larga duración (dos años o más) aunque menos grave, podría no incapacitar a la persona, pero sí impedirle desarrollar una vida normal o sentirse bien.

Depresión reactiva, o depresión neurótica, es aquella que se produce como respuesta a un acontecimiento negativo de la vida del sujeto, no teniendo porqué brotar inmediatamente después del acontecimiento desencadenante sino que puede aparecer hasta semanas o meses después de que éste se haya producido.
La depresión reactiva, en este caso, es una respuesta desadaptativa del organismo frente a un estresor.
Freud llegó a la conclusión que la depresión es una reacción frecuente a la pérdida o, incluso, a la amenaza de pérdida, ya se trate de un objeto real o imaginario (Duelo y Melancolía). También anota que la pérdida de un objeto puede ir acompañada de un inmenso deseo por él; además de  emociones negativas (tristeza, rabia, etc.) y de la creencia que ese deseo es irrealizable…” (Inhibición, síntoma y angustia).
En los trabajadores, como en cualquier tipo de personas, hay momentos de su vida en que son más propensos a ser víctimas de alguna depresión, por ejemplo ente la pérdida de su trabajo.
Hasta aquí hemos tratado de la depresión ocasionada por la actividad laboral sobre todo en el caso de los trabajadores por cuenta ajena. Pero, en estos últimos decenios se está presentando un estado de depresión –como consecuencia de la crisis económica que vive el mundo– por desempleo, es decir porque el trabajador por cuenta ajena es despedido (o está en paro). Cada día es más común la búsqueda de trabajo; los emigrantes son repatriados; en muchos casos pierden como una consecuencia hasta su domicilio; y jamás encuentran la ansiada “chambita”.





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